lunes, septiembre 04, 2006

"1983", octavo color

2 comentarios:

Mar dijo...

Repaso mi edad, así, como quién no quiere la cosa. Estoy aquí sentada y no me atrevo a releer otras cosas escritas con anterioridad.

Tanta.

Como si hicieran eones.

Me siento y me siento absolutamente descolocada. Recortando papeles, decorando discos. Música robada. La estoy escuchando, quince años quizás la primera vez. No lo sé a ciencia cierta.

Hoy podría llorar por todos mis muertos, por cada uno de mis cadáveres. Estoy tan fuera de sitio que ni eso me sale.

Me siento culpable ¿De qué?

Supongo que de no ser lo suficientemente buena, ni lo suficientemente valiente, consecuente, fuerte.

Me empieza a doler algo dentro. No es difícil provocar al bicho, es casi tan fácil como provocar el vómito.

Me duele la espalda. Eso no ocurría quince años atrás.

Quisiera que alguien me explicara de una puñetera vez qué pinto yo en medio de todo esto.

Y empiezo a llorar.

Esa música me habla de cosas que no veo cada día. Ni en la calle, ni en el estudio. No las veo en el televisor, no las veo en nadie de cuántos me rodean. Sólo están aquí dentro. Dentro de mis tripas. Aprendí a callarlas, acabé aprendiendo a callarlas y ya ni para eso sirvo. Quisiera construir castillos con lo que la música me cuenta. Quisiera destruir otros tantos con esas palabras, levantar y tirar muros. Hacer y deshacer tanto.

De qué estoy yo hecha que me rompo con tanta facilidad pero duro tanto.

Cuántas veces tendría que haber desaparecido para que otros ocuparan mi lugar, cuántas veces lo han hecho al yo marcharme. Cuántos sitios he de ocupar todavía.

Repaso mi edad y no sé dónde empiezo ni dónde termino.

Mar dijo...

Me alegra mucho verte rondando por aquí LOBO.

Un placer contar contigo en estas mis cenas trasnochadas.

Mar.

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